El curso de la pandemia ha marcado un antes y un después en la historia, ha planteado un reto a la humanidad y ha conseguido que nos cuestionemos si realmente estamos cuidando el planeta en el que vivimos.
Gracias al parón del primer confinamiento la sociedad ha abierto los ojos para dar lugar a nuevas reflexiones sobre el entorno y el ritmo de vida frenético que llevábamos, y que de alguna forma conseguía que pasáramos por alto aspectos de la vida tan importantes como la salud o el medio ambiente.
Por esta razón se ha creado un proyecto europeo con la colaboración de Renfe, ADIF, CAF y otras compañías cuyo objetivo es disminuir las emisiones e instaurar un sistema de combustible de hidrógeno para poner en marcha los trenes cero emisiones.
Toyota suministrará las pilas que darán combustible a los trenes en el marco del proyecto UE FCH2RAIL Fuel Cell HybridPower Pack for Rail Applications. Un proyecto en el que participan distintos países de la UE como Bélgica, Alemania, España y Portugal, los cuales están desarrollando y poniendo a prueba los nuevos prototipos de trenes sin emisiones.
Estos nuevos prototipos utilizarán un sistema bimodal híbrido que combina el suministro eléctrico de la red aérea con un grupo de alimentación híbrido de pila combustible, la cual consta de combustible de hidrógeno y baterías.
¿Pero que es un sistema bimodal híbrido?
Esto se puede traducir en que cada vez que esté disponible la red aérea el tren se alimentará de la energía que ésta le proporciona, mientras que cuando no esté disponible la red aérea se pondrá en marcha el sistema de pila de combustible y batería. Ambos sistemas funcionan de forma independiente.
¿Qué retos está suponiendo esta nueva red ferroviaria?
Actualmente se están montando redes aéreas en muchas líneas ferroviarias de Europa, algo bastante costoso y a largo plazo que depende de las condiciones geográficas.
En un principio las alternativas a este sistema eran usar únicamente el combustible de pilas y baterías, pero éstas tienen una autonomía limitada de 30-70 km por lo que no es suficiente para alimentar un tren de larga distancia. Por otro lado, los actuales trenes Diesel presentan un menor rendimiento en términos de velocidad máxima y aceleración en comparación con los vehículos propulsados por motores eléctricos alimentados desde redes aéreas.
Por estos motivos la solución que han encontrado ha sido la combinación de ambos, siendo así trenes respetuosos con el medio ambiente a la par que eficaces.
Aún están examinando las normas y estándares en los campos del hidrógeno y el transporte ferroviario para garantizar el funcionamiento seguro entre la tecnología de hidrógeno y catenaria.
El proyecto cuenta con un presupuesto de 14 millones de euros con el objetivo de desarrollar, demostrar y validar el sistema en un plazo de 4 años.