Según afirmó Emilio García, el director de Innovación de Talgo, uno de los pilares para combatir la despoblación es que el territorio disponga de un servicio óptimo ferroviario y, en esto, el futuro tren de hidrógeno deberá jugar un papel clave. Un servicio en el que se encuentre el Talgo Vittal-One; el tren de hidrógeno que será clave para luchar contra la España vaciada.
En su opinión, el papel de los trenes regionales y de cercanías es “clave” en el transporte de pasajeros, ya que, permiten a los usuarios mayor flexibilidad en su movilidad.
Talgo apostó hace ya dos años por la tecnología del hidrógeno invirtiendo capital propio en un concepto de tren. Se dice que “aportará mucho a la movilidad tanto en regiones con alta densidad de población como a las zonas vaciadas del país”. El concepto dual es precisamente para hacer más fácil esa conexión entre la España vaciada, que se encuentra generalmente dotada de vías sin electrificar con zonas ya electrificadas y con posibles conexiones a redes de alta velocidad.
¿Cómo funciona un tren de hidrógeno?
La energía eléctrica de un tren de hidrógeno (necesaria para su movimiento), se obtiene de la llamada “pila de hidrógeno”. Ésta se encarga de reaccionar el hidrógeno que proviene de depósitos que lleva el tren con el aire.
La pila de combustible se puede instalar en cualquier tren diseñado para tal tecnología; actualmente, se aplica a trenes regionales y de cercanías, y en desarrollo de locomotoras.
Europa mira al hidrógeno para acabar con los trenes diésel
La apuesta de Talgo por el tren de hidrógeno la veremos en Extremadura en periodo de pruebas y validación, a partir de la última semana de noviembre. Será un tren dual de hidrógeno que podrá circular con esta tecnología en vías no electrificadas y con tracción eléctrica convencional en vías con catenaria. Según ha expresado, será «el primer tren del mundo» con este sistema y podrá recorrer las distancias que sean necesarias; sin límite. Eso sí, cada 800 km de uso del hidrógeno se tendrán que recargar los depósitos”.
Talgo está certificando su tren de Alta Velocidad AVRIL, “el más moderno del mercado y que ha comprado Renfe para ser utilizado en todas las líneas de alta velocidad que ellos decidan”.
A las preguntas sobre cuándo se dirá adiós al diésel como energía de transporte ferroviario, Emilio García considera que “todavía se tardará”. El cambio será una evolución, ya que la vida de un tren es de 30 años y a muchos de los trenes diésel que circulan actualmente, todavía les queda vida.